Conocí del sabor de la rebeldía, pasión y
la indisciplina que da el Feminismo, de la mano de dos compañeros y amigos
hombres, quiénes me acercaron a grupos de mujeres que luchan por la defensa y
promoción de los Derechos Humanos de las Mujeres, desde diferentes espacios de
creación y acción. Mis amigos feministas van a las marchas, a todas las
acciones de activismo, pero lo más importante apuestan por el ejercicio de una
masculinidad diferente.
El feminismo no impone verdades absolutas,
sino despierta conciencias para identificar y abrir los ojos ante la desigualdades
impuestas a las mujeres por razón de una diferencia sexual.
¿Puede un hombre ser Feminista? Desde
mi vivencia considero que sí, las luchas sociales no están determinadas por características
biológicas, todo hombre que se posicione en contra de las desigualdades hacia
las mujeres y que en el día a día apunte a la construcción de relaciones no
violentas, no jerárquicas y sin hacer uso de su poderío machista forma parte de
nuestra lucha.
Algunas veces vemos de manera “sospechosa”
a un hombre que se declare feminista, lo analizamos con lupa o lo tenemos en
observación, porque no sabemos en qué momento confirmaremos nuestra teoría de
que un hombre no puede ser feminista, no poseemos un test-feminista para
obtener un puntaje de “aprobado o desaprobado” respecto a tu nivel de Feminismo
y así ponerte el “sello” de Feminista aprobado.
La lucha de las mujeres no solamente debe
ser integrada por mujeres, todo hombre o persona independientemente de su nivel
académico, situación geográfica o cultural puede o debe integrar esta lucha por
la igualdad, ya que cuando existen transformaciones en la forma en que nos
relacionamos, los hombres también serán beneficiados, no serán encapsulados en el
rol del hombre proveedor de dinero de las mujeres, el estereotipo del macho que
no muestra emociones o la vivencia de relaciones emocionales sin dependencia de
ningún tipo.
Para mí el Feminismo es una apuesta diaria
de retos y cuestionamiento a mis ideas, actitudes, el uso del lenguaje, la
música que escucho, el protestar contra el acoso, el repensarme como actúo en
mis relaciones emocionales sin ánimos de controlar ni poseer, no se puede ser
más ni menos feminista, ni más ni menos machista, ni podemos asumir una
posición de jerarquía para “sellar” a las Si Feministas y a los No Feministas,
puesto que sentirse bajo la lupa de la aprobación puede provocar que tanto hombres
y mujeres no se sientan motivados a integrar nuestro movimiento y no queremos ser las mismas protagonistas o las
ya convencidas pronunciándonos, sino apostar a que más hombres y mujeres abracen
nuestra lucha.
En el Feminismo no existen “estándares feministas
o un deber ser feminista” a seguir, cada una y uno construye su propio
feminismo a su nivel y bajo su propio proceso, ya que esta es un apuesta diaria
y una construcción constante, no existe un nivel máximo de coherencia o
iluminación feminista, ya que como parte de un sistema también podemos
reaccionar a niveles íntimos o públicos de incoherencias.
Un hombre puede ser feminista. Y desgraciadamente, una mujer puede ser machista. Yo, que abiertamente me declaro feminista y lucho cotidianamente para que mis ideas no sean solo ideas, si me dan a elegir entre un hombre inteligente y una mujer necia, siempre elegiría al hombre inteligente. Lo contrario sería sexismo por mi parte. Y estupidez....
ResponderEliminarGracias Ana, por tu comentario, así es que las ideas no tienen validez por el sexo biológico, esa sería una valoración contra la que luchamos desde el Feminismo. Un abrazo desde Nicaragua!
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